viernes, marzo 30

La vida es.

Hoy decidí no aparecer, no mirar, preferí no encontrarme con nadie y quejarme bajito, revelarme, hacer una huelga en silencio.

Procuré no hacer nada, yo no conducía el coche, ni siquiera aceleraba, el pedal cedía y el coche avanzaba. Así, hasta cuatro veces. No patiné, os lo prometo, los trucos salían solos, emanaban. Fueron tres rondas. En la pantalla hablaban en un inglés de barrio británico, no escuché, las palabras rebotaban por la habitación. Dos capítulos cayeron. Y, en una noche, la barrera cayó también.

No hay comentarios: