viernes, abril 27

Babylon Chaos

-¿Dónde se inicia la ciudad? - preguntó.
-La ciudad siempre comienza por un alma.




HÁBITAT Y DESARROLLO MEGAESTRUCTURAL.

Antes de ponerme a renderizar líneas, a inventarme una ciudad, me puse a pensar. ¿Cómo se organiza una ciudad?



Madrid se desarrolla como un sistema circulatorio, con unas venas principales, de las que se desprenden unas secundarias y así progresivamente.
No me interesó, el tráfico rodado delimita al peatonal y en última instancia cancela el urbanismo, ¿por qué una afirmación de tanta gravedad?
Con esta premisa, se suceden la creación de no-sitios en nuestra capital (¿quién querría estar en medio de la Castellana a cualquier hora del día?, ¿la zona de delante del Bernabeu la podemos considerar plaza? ¿y la de "Plaza Castilla"?).


Roma, en cambio, plantea hitos en torno a los cuales se densifica la población, grandes manchitas en un plano de situación a 1:20.000 que explican sencillamente su forma de estructuración.
Esto me llamó más la atención, ¿acaso no buscamos espacios sobre los que radializarnos?

Una buena plaza, ver a los vecinos, quedar para tomar algo al aire libre bajo el Coliseo, lo que sigue en pie del Palacio de Westminster, los restos de las cuatro torres de Madrid tras ese incendio o lo que quedó de las ruinas de la ciudad...


HOMO LUDENS

New Babylon, escribió Constant, no se termina en ninguna parte (ya que la tierra es redonda), no conoce ninguna frontera (ya que ya no existen economías nacionales), ni colectividades (ya que la humanidad es fluctuante). Cualquier lugar es accesible para todos. La tierra entera se convierte en el hogar de los terrícolas.
-

Cuándo los polos se deshelaron, el mar subió cientos de metros en altitud, las bombas despertaban a los niños y, el mundo, por su propio ritmo frenético y autocomplaciente, se paró.
Entonces.
Entonces se volvió a sonreir.


Nos situamos en un futuro no muy lejano, Constant formula los supuestos de un pueblo de ciudades nómadas a escala planetaria.
Sin dejar de lado la vida de Constant dentro del trabajo en COBRA y en la IS, su trabajo se comprende desde el mito director del laberinto.



Pero... siendo críticos la nueva utopía babilónica falla. ¿Por qué? Me senté a dilucidar.

Llevaba dándome vueltas a la cabeza meses y encajaba perfectamente en el razonamiento: CUESTIÓN DE ESCALA.

Como todo en esta vida, una cosa se extrapola de la otra, pero no siempre de una forma directa.
En una escala atómica, la absoluta mayoría es vacio.
En una escala humana, concebimos la realidad como materia.
En una escala planetaria, volvemos a estar en una mayoría de vacio.

Este razonamiento no está explicitamente relacionado con lo siguiente, pero si guarda estrecha intimidad.

Dentro de la escala humana, los objetos a pequeña escala si son manejables y manipulables sin problemas. Pero conforme vamos aumentando la escala esto se complica, de tal modo que una ciudad sería, ciertamente, imposible de desplazar. No tanto por llegar o no a la tecnología que lo posibilite, sino por la mentalidad de cambio constante y absoluto del ser humano (la cual ni ha germinado ni parece que lo vaya a hacer).

Así llegué a la conclusión que una ciudad de emergencia no puede ser flexible en tanto que móvil, pero sí que adaptable.
Sin duda, tendría que ser una ciudad simbiótica y respetuosa con el planeta. Respetuosa en tanto que será otro ente vivo que la conforme (y no un parásito cómo han sido hasta ahora).
Aquí se llega tras entender el punto de no retorno de hipermaterialismo y auto-destrucción complaciente en el que hemos terminado y, como consecuencia, la inundación de la Península, entre otras catástrofes.



¿Cómo entender una ciudad como un ecosistema vivo? Como un microcosmos.

Lo primero de todo, que para que se autoequilibre, deben existir diferentes entidades, de distintas morfologías.
Lo segundo que resulta más inmediato, entendiendo lo comentado anteriormente, es la necesidad de utilizar el planeta de forma sabia. Olvidémonos de la lógica de dominación racional sobre la naturaleza.

Así es como se llega a concluir que necesitamos de referencias biológicas en tanto que estructurales y situacionales (dónde y cómo se asientan) para poder llevar esto a buen puerto.

Junto con el estudio de la naturaleza, termino con reminiscencias de Constant:



Esta sección de unidades urbanas de New Babylon me inspiró a voltearla, a pensarla en alzado  y crear entidades que se adhirieran a los enormes acantilados, resultado de la anterior inundación.

Proyecté esta serie de forjados low-tech, en los que, por adición, y sistematización de conjuntos se conseguiría la utilización de dichos acantilados.

























viernes, marzo 30

Mientras el mundo gira.

Preludio a las reflexiones de cómo entender a mi yo.

Me dijo que no escribiese, que no merecía la pena.

Que ésto estaba pensado para los que no sabían, los que no aparecen y no entenderán. Me molesté, ¿por qué una reflexión de esta profundidad se relegaba a los débiles de mente, a los carentes de alma?


Escuché, sonreí. Da tiempo al tiempo, Niko. Pon de tu parte para ser catalizador del proceso, para abrir al tiempo la perspectiva.

Si no se sabe dibujar, se debe hacer dibujos.
Si uno no sabe expresar, hay que pensar y escribirlo.

¿Por qué?, dicen.
Porque la vida con buenos motivos se vuelve infinita.

-

El otro día entendí el transfondo de la asignatura y se radializó a dos conceptos más. Me puse contento, comprendí que todo Proyecto nace si, y sólo si, está acompañado de un contexto y un programa, me explico.
Necesitamos de una Península para inundarla (con todas sus cordilleritas, sus golfos, cabos y mentalidades abrasivas), pues sería absurdo actuar si no se tiene lugar. Se necesita del lugar para que un proyecto germine y tenga donde apoyarse.
Necesitamos de una meta, de una excusa para que pueda nutrirse de algo el Proyecto. Traer el mar a Madrid es justo lo necesario para que la metáfora florezca.

La obligación de añadir el programa al contexto y entender que la razón estructural genera la forma son los pilares básicos de todo Proyecto, de la vida y, por tercera derivada, de esta asignatura.


Pero no termina ahí, sino serían meros formalismos intelectuales. Que se coman una mierda los que sólo piensan y no actuan.
Tras entender las mentalidades de la historia, sin ser historicista, hay que marcar las nuevas pautas para que el camino se autoequilibre, antes de que todo estalle, antes de que este ritmo frenético entre en periodo y todo salte por los aires.
Antes de que el último de nosotros deje de pensar y el último niño deje de sentir.

TENEMOS UNA RESPONSABILIDAD.

La razón constructiva.

La ciudad parte de la memoria, de sumar la sonrisa que algún transeunte regala, el perfume de una mujer y de apreciar los espacios que deja la luz en unos ambientes construidos. La forma parte de la estructura, eso es algo que ya sabíamos, pero, ¿conocíamos las estructuras? El cuándo, el dónde, el cómo y el porqué.
Y, cómo en todo, no se puede imaginar si no se ha recordado antes. De cucharadas, en la Biblioteca, ojos vidriosos y siete teorías sobre el Universo.
Para así poder adaptar estas y otras referencias a tu proyecto, Mad no se inunda sola.